martes, 4 de agosto de 2015

Razones por las cuáles me da miedo ser reportera:



*Número uno y la más importante, porque nos asesinan, desaparecen y amenazan.

Hace tiempo tuve la fortuna de asistir a  un curso de la Procuraduría General de la República (PGR) impartida por personal de la Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Libertad de Expresión, ahí nos exponían dos citas y teníamos que defender una, la primera :"Si el diablo me ofrece una entrevista voy a los infiernos", del reconocido periodista Julio Sherer, la segunda decía: "No hay una nota que valga la vida" de Terry Anderson, las recuerdo muy bien porque me identifiqué con las dos.

La primera me representa a mí en una etapa muy temprana de mi carrera periodística, yo al igual que muchos quería brillar, descubrir y desenmascarar funcionarios corruptos, ciudadanos deshonestos y toda la mugre que vemos a diario.

Me movía esa rebeldía natural en los jóvenes, no me importaba pasar por el mismísimo infierno con tal de obtener una nota que fuera replicada, comentada y hasta cuestionada.

La segunda cita me lleva a mis últimos años como parte activa de los medios de comunicación en mi ciudad al ver compañeros agredidos, medios que me limitaban, reporteros desaparecidos y compañeros asesinados por todas partes de la República, el último caso el de Rubén Espinoza, que es el que me trae a redactar esta reflexión.

Hoy yo no estoy dispuesta a dar mi vida por una nota, la vida es lo primero, a estas alturas no sería capaz de darle un dolor tan grande a mis familiares y conocidos. 

Posiblemente les pareceré cobarde, pero ante la ineficiencia de las autoridades, la poca empatía de la ciudadanía y los casos que diariamente se siguen documentando, yo tengo miedo de ser reportera y el temor es válido y parte de la naturaleza humana, además este tipo de temor no es infundado, ni mucho menos imaginario.

Escribí esto desde fuera de los medios, desde un área de comunicación social donde muchos reporteros vamos a dar y nos sentimos más seguros en todos los aspectos.

Yo dejé los medios hace poco menos de un año y les confieso que pienso regresar de alguna manera, en algún tiempo no determinado aún, el mundo da muchas vueltas, ya lo sabemos y yo tengo todavía ese impulso por escribir y por ver a donde sea que volteo una buena historia que contar.

*Número dos, El Futuro.

Me da miedo ser reportera y no ser una profesionista bien remunerada, en un inicio y bajo la creencia de que los reporteros tenemos algo de "locos" trabajamos por largas jornadas de tiempo mal pagadas, exigencias a las que yo llamaba "Las Perlas de la Virgen" por las condiciones que nos ponían para conseguir determinada información bajo demasiada presión o deshoras.

Además del gran riesgo que conlleva el sólo hecho de presentarse como reportero o periodista, hay que sumarle el estilo de vida que estamos casi obligados a llevar, con precariedad y dificultades si decidimos ser honestos y no caer en malas prácticas como vendernos por dinero a diferentes agrupaciones, empresas o grupos políticos.


No me parece correcto que a pesar de ser egresados de universidades, tomar cursos o estar en constante preparación, los sueldos sean tan deprimentes.

La profesión es una de las más bonitas, yo lo he vivido y sé que no pude haberme dedicado a otra cosa.



*Número tres: Que las cosas nunca cambien.

Desgraciadamente en mi tiempo de reportera activa en medios no he visto grandes cambios en las condiciones de trabajo para los reporteros.

Tampoco he visto diferencia en la protección y el resguardo de su seguridad y su vida, además de las de sus familias que muchas veces son víctimas de represalias de diferentes tipos.

Las nuevas tecnologías nos facilitan el trabajo pero los riesgos se maximizan, reporteros y personas en general estamos expuestos a ser identificados, perseguidos y atacados hasta por redes.

Me da miedo que las cosas se queden así, que a pesar de que existen leyes, fiscalías y denuncias, no haya castigos, enjuiciados o castigados.

Conclusión:
Deben existir algunos otros miedos que tenemos o que hemos tenido quienes se dedican o nos hemos dedicado a reportear, a corretear las notas en las calles, los de a pie, los que sufrimos del intenso verano en Hermosillo y los que fuimos ignorados por los entrevistados, situaciones propias del oficio periodístico, no me quiero ver sufrida, ¡Porque ah cómo disfrutamos lo que hacemos! 

Yo me defiendo y defiendo a mis compañeros (Los que se lo merecen, claro está) con una cita de Ryszard Kapuscinki "Una mala persona nunca puede ser buen periodista" de su libro, (uno de mis favoritos en mi etapa universitaria) LOS CÍNICOS NO SIRVEN PARA ESTE OFICIO; Sobre el Buen Periodismo.

Somos buenos y no merecemos morir en el ejercicio de nuestra labor. 

Soy Ana Isabel Zepeda, licenciada en Ciencias de la Comunicación, especializada en Periodismo por la Universidad de Sonora, con 8 años de experiencia en medios de comunicación en el Estado de Sonora.